El tema que nos convoca en este blog es el mate, esa mágica infusión que nos reúne, nos invita y nos acompaña.
El mate, consumido entre los pueblos originarios guaraníes fue adoptado rápidamente por los colonizadores españoles, y hechizó a argentinos, paraguayos y uruguayos. También, aunque en menor medida, lo consumen los chilenos, brasileros y bolivianos.
Muchos extranjeros, sobre todo norteamericanos o europeos, no pueden entender por qué nos seduce tanto ese brebaje amargo. No comprenden por qué razón, cuando viajamos, los argentinos recorremos infatigablemente los negocios donde venden productos de nuestra tierra y pagamos fortunas por un paquete de yerba.
El hecho de tomarse un mate, adquiere en cada zona, características particulares, ya sea por el recipiente donde lo ceban, por la temperatura del agua o por lo que le adicionan: azúcar o hierbas medicinales. Cada región tiene sus ritos para prepararlo y cebarlo.
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